A menudo leo la frase “dirección y gestión de un despacho de abogados” como si fuera lo mismo. De hecho para mucha gente lo es. Dirigir y gestionar están en planos muy diferentes, y muchas veces, sobre todo en despachos pequeños y medianos, por gestionar se deja de dirigir.
En despachos medianos, por tomar un ejemplo, una persona con funciones de dirección debe delegar responsabilidades mientras que alguien con funciones de gerencia debe delegar actividades. Es muy difícil que quien delega actividades a diario sepa delegar responsabilidades.
Las funciones de gestión nos llevan a un nivel de actividad que muchas veces nos impide tener la suficiente visión de conjunto para pensar en el futuro, en el medio plazo y en la planificación.